martes, 24 de noviembre de 2015

Hola amigos

Hola amigs:

   Entre en la pagina que nos ofrece Roberto y hay mucho contenido, asi que me voy a tomar la molestia con un poco mas de tiempo de entrar para decir algo sensato. De momento solo para felicitarnos de la reunión del otro día, que aunque eramos pocas personas (o quizás por eso) pudimos conversar libremente sobre nuestras preocupaciones sobre el tema. Y para que el propio Roberto me apunte a esta pagina.

  Esta semana y hasta el dia 4 ando muy liado con las últimas tareas de este mes, pero luego ya estare mas disponible para conversar.

 Salud. Tomas

Nota de agradecimiento

Nota de agradecimiento,


Me siento agradecida y es una sensación bien linda para esta mañana. No deseo que mis palabras se reflejen en el blog, pero sí que deseo compartirlas con vosotros/as.

Ha sido una gran oportunidad participar en el “conversatorio de ayer”, conoceros, aprender de vosotros/as,  movilizarme, participar….

Me encantó el espacio, esos sillones, las vistas, los mapas. Para la próxima un café para templarnos y ya sentirnos como en nuestra propia casa.

Como algunos de vosotros habéis mencionado, he aprendido a participar a través de mis propias experiencias, algunas veces satisfactorias y muchas otras desastrosas, pero no dejo de querer participar, es algo que me engancha!!!

Me gustaría sugerir otra posible reunión, cuando nos venga bien a todos/as, para hablar más a fondo sobre cómo conseguir “engancharnos a la participación”, ¿es un problema de aprendizaje? ¿tiempo? ¿desgaste?....

Gracias de nuevo por vuestro tiempo

María Gracia Escalante

lunes, 23 de noviembre de 2015

NOTAS AL VUELO… DEL APRENDIZAJE DERIVADO DEL CONVERSATORIO CIRCA METODOLOGÍAS PARTICIPATIVAS

NOTAS AL VUELO… DEL APRENDIZAJE DERIVADO DEL CONVERSATORIO CIRCA METODOLOGÍAS PARTICIPATIVAS (Sala profesorado, Somosaguas, 23-11-2015 11:00-14:00)

Tengo la manía de tomar notas condensadas (Spradley) para ayudar a la memoria y complementar las otras notas mentales (head notes, las llama Ottenberg). Voy a hacer una selección aquí de ellas, animado por el mensaje colectivo de Roberto Carballo a quienes hemos asistido y participado en este conversatorio…

Lo que sigue apenas es la punta del iceberg de un aprendizaje situado alrededor de unas mesas, compartiendo sofás de esa Sala de profes con ventanales a uno de los pinares del campus de Somosaguas. La idea de conversatorio precisa lugares un tanto distintos a las habituales aulas…
De lo aprendido escuchando a Tomás R. Villasante destaco su advertencia sobre la percepción negativa que sobre las metodologías participativas se proyecta a veces desde diversos ámbitos, incluso desde otras metodologías (“no son juegos para la dinamización social”). También su insistencia sobre el paso adelante que supone (lo expuesto en el libro, excusa del conversatorio de hoy) respecto a la IAP, respecto a la encuesta, al análisis del lenguaje que se hace desde otros presupuestos, etc.

De lo aprendido escuchando a Pedro Martín destaco su reflexión sobre el concepto de tecnologías apropiadas (“usamos papelógrafos en lugar de internet”); y la importancia de la autonomía de las comunidades para evitar la dependencia tecnológica. También su distinción del discurso de los jóvenes y de los viejos, a propósito de las tecnologías hoy. La cuestión de las tecnologías cibernéticas y su papel en los nuevos procesos participativos (dentro y fuera de la política) ha dado pie a un debate de gran interés con otras personas de la mesa.

De lo aprendido escuchando a Roberto Carballo destaco aquí (pues él ya nos ha regalado en su aportación al blog las citas textuales de un par de libros leídos en la sala del conversatorio) su reflexión sobre la importancia de las relaciones sociales pre-existentes, para que funcionen las relaciones canalizadas vía internet, que serían complementarias. Creo que ha sido en este punto de la conversación grupal cuando me vino a la cabeza y expuse por mi parte la importancia de disponer de recursos tecnológicos (lo de la digitalización, el campus virtual, etc.) para que no se pierda la experiencia investigadora de nuestros maestros.  La cuestión de los archivos cualitativos tipo CIS o las donaciones del Colectivo IOE, etc.

 De lo aprendido escuchando al grupo de docentes de Ecuador (Patricio, Pepe, Gabriela Álava) destaco aquí su experiencia de cómo se enseñaban las metodologías participativas en Ecuador. Su referencia al uso por sus estudiantes de blogs alternativos a los de la universidad. Su testimonio crítico sobre la institucionalización de la participación, la instrumentalización de la misma en ocasiones. La contraposición  de la “falsa participación” y la “real”.

De lo aprendido escuchando a la profesora Claudia Gimenez (Venezuela) destaco su lectura del libro objeto del conversatorio (en tanto aporte de fundamentos metodológicos a las siempre difíciles aplicaciones en la práctica de las metodologías participativas, en técnicas concretas como el análisis de multilemas en lugar de dilemas, etc.).

De lo aprendido escuchando a la Mª Gracia Escalante (doctoranda) destaco sus palabras sobre la invisibilidad del Trabajo Social en estas y otras metodologías de investigación social. Algo compartido y manifestado por otras personas en la sala. He recordado la tesis leída en nuestra Facultad (el 2 de octubre de 2015), por su autora profesora de Trabajo Social en Chile (Gabriela Rubilar). Aporta testimonios de varias generaciones de trabajadores-as  que demuestran la relación Trabajo Social e Investigación Social desde los inicios de estos estudios en Chile.


Que sigamos conversando… y aprendiendo. Gracias Roberto por animarnos a bloguear.   

Miguel S. Valles Martínez

"Conversatorio" en la Tercera Planta

Hace unos días recibí un mail de Tomás convocando a un "conversatorio" sobre metodología en la Sala de Profesores de nuestra Facultad, "para poder hablar de metodología en la Facultad entre profesores de diversos Departamentos".

Me gustó la cita y la apunté en mi agenda. Nos encontramos diez profesores y doctorandos y los asistentes comprendimos nuevamente porque vale la pena reunirse con otras personas y relacionarnos. 

Pensé que era en la Sala de Juntas y volví a mirarlo en el correo. Por fín, los encontré cuando ya eran ocho y conmigo nueve. 

Hicimos una ronda de autopresentaciones, en ese ánimo democrático de conocernos un poco antes de adentrarnos en la materia. 

El libro que se presentaba era "Metodologías Participativas. Sociopraxis para la creatividad social" en el que han participado más de treinta autores, organizados por la Red CIMAS. 

Se presentaron sucintamente las tres partes del libro y empezamos a hablar sobre metodología y sobre participación. 


  • "El alumno debe ver todo por sí mismo, comparar incensantemente y siempre, responder a la triple pregunta: ¿qué ves?, ¿qué piensas?, ¿qué haces?. Y así hasta el infinito. Pero ese infinito ya no es el secreto del maestro, es el camino del alumno" afirma Ranciére, inspirado en el "maestro ignorante" Joseph Jacotot, y este puede ser simultáneamente el origen y el horizonte de un proceso de vida, que evidentemente no se puede emprender sólo, sino acompañado (participativamente) con otros seres humanos, en este caso, con otros alumnos. Sólo no sería mucho; acompañado (participando y cooperando con otros) sería grupo y mucho más exponencialmente. 

Entonces, participar es ineludible para evitar la "soledad del corredor de fondo" que nos insufla la educación dominante, el neoliberalismo y la globalización, entendida como expresión de máxima individualidad smithiana. No, sólos no somos mucho; más bien estamos a merced de los que son pocos y pueden coordinarse fácilmente porque les une el interés del poder más efímero y ficticio como es el dinero. 

El poder que lo representa utiliza continuamente la divisa de "dividir para vencer", y nos vence. Quiere fragmentar toda expresión social, como ha hecho con los sindicatos, con las "leyes mordaza", con el mismo conocimiento, ..... de tal forma que siendo especialistas, siendo fragmentos de un todo desconocido, no seamos más que nada. No podemos defendernos individualmente, no podemos oponernos a la injusticia, no podemos casi ni salir a la calle a manifestar nuestra protesta, a no ser que protestemos por lo que quiere el poder que se proteste o se apoye. 


  • "La vida, dice Fritjob Capra, es mucho menos una lucha competitiva por la supervivencia que el triunfo de la cooperación y la creatividad. Efectivamente, desde la aparición de las primeras células nucleadas, la creación ha ido procediendo por disposiciones cada vez más intrincadas de cooperación y evolución. La vida de la evolución por simbiosis permitió a las nuevas formas de vida utilizar una y otra vez biotecnologías bien probadas, en diferentes combinaciones ......" ("La Trama de la Vida" pp. 254)

Esto quiere decir que la ideología dominante es eso: ideología y no ciencia. Todos los National Geographic que presentan a los animales como depredadores y luchadores competitivos por la subsistencia y que se nos incorpora como "natural" en nuestro conocimiento de las cosas, es menos verdad que si difundieran que la solidaridad, la complementariedad, la cooperación en la naturaleza hacen posible la evolución y la vida. 

Pero esto no es lo que nos enseñan, ni lo que a pesar de lo que nos enseñan, sentimos, sino que nos hablan de cuestiones secundarias y bárbaras que se relacionan más con nuestros instintos primarios y paranoicos, que con nuestras grandes capacidades de cooperación y colaboración con otros. 

Por tanto, hablamos de participación no por capricho, sino por necesidad social, en la idea de recuperar lo que somos: seres colaborativos, sociales, grupales. 

Y en ese sentido, aprender a colaborar, aprender a cooperar, aprender a trabajar en grupo, con otros, es casi un principio ineludible. Claro que eso no se aprende en la academia, sino y sobre todo, haciendo, es decir, experimentando, atreviéndonos a hacer lo que consideramos necesario. Así, y a partir de necesidades realmente sociales, sentidas, vividas, es como triunfa "la cooperación y la creatividad". Luego, y una vez vividas esas experiencias, vamos comprendiendo y generando patrones básicos que nos permiten difundir el conocimiento adquirido a partir de las experiencias mismas, y luego, esos patrones permiten imitaciones más o menos literales y nuevas experiencias y así sucesivamente. 

Según lo dicho hay una ruta que empieza: 

  • a) en el atrevimiento-necesidad, que se sigue 
  • b) organizándose para enfrentar el problema-oportunidad, cuanto más en cooperación grupal mejor, 
  • c) que se materializa en una experiencia, en la que vivimos errores y aciertos, y aprendemos de los primeros, sobre todo, y luego, 
  • d) integrando diversas experiencias, vamos forjando modelos, métodos, que sirven para
  • e) difundir la "nueva" de que esto se ha podido hacer, por tanto, es posible, y hemos dado un paso más hacia el conocimiento y el bien vivir individual y colectivo. 
  • f) Hay que pararse a reflexionar sobre lo que hemos aprendido, sobre todo, de los errores, y que eso nos permita comprender cómo haríamos lo mismo que emprendimos, si volviésemos a intentarlo. 
  • g) Es finalmente necesario no sólo "repetir" (sic) e imitar lo que hemos ya comprendido, sino forjar planes globales y estratégicos que nos permitan aplicar en otras esferas nuestros aprendizajes experienciales. 

(Lo esquematizado podría equivaler a la espiral del proyecto de "Innovadores Sociales". Por eso, la reproduzco a continuación).

                                       Esquema y Plan de Trabajo para Innovadores Sociales


martes, 28 de abril de 2015

Grupo de Trabajo y Equipo

Normalmente se confunde equipo y grupo. Y en mi trabajo y metodología son muy distintos, aunque hay puntos de coincidencia. Un equipo es casi siempre lo que sigue a un lider, es decir, un conjunto de personas que componen el equipo del investigador principal, o del director, o del presidente, o del político con poder, ……

Un equipo se caracteriza por tener que someter toda consideración al interés del líder, que puede o no representar los intereses de la mayoría o del conjunto de personas directamente implicadas. Los team, o los team builders de la terminología norteamericana es lo que son, grupos jerárquicos que funcionan correctamente hacia fines determinados marcados normalmente desde arriba. Si un equipo funciona bien, puede ser muy efectivo, aunque desde el punto de vista de los que no son los líderes, las cosas no son tan evidentes, porque a la contrapartida de participar en un proyecto, a veces exitoso, se le reduce la subordinación que conlleva la participación en el grupo.

(Ver Robert Heller: Gestión de Equipos)

La mayoría de las contribuciones al team USA están relacionadas con conseguir la alineación del conjunto de personas que la integran, a reducir las contradicciones entre el líder y el equipo y a evitar la excesiva competitividad o hasta rivalidad entre los que están en el segundo plano del equipo y el líder principal. Casi siempre hay latente una lucha por el poder del futuro, que se manifiesta en una reducción evidente de energías a la hora de funcionar. Los estímulos del team además suelen ser económicos, se suele trabajar por objetivos y a veces por proyectos y como son un team consiguen ventajas de ello, en forma de financiación o retribuciones o ambas.

Por el contrario, el grupo de trabajo operativo en la terminología de Bion, Pitchón–Riviere, Piedrabuena y en nuestras aportaciones operativas, es un grupo democrático, horizontal, participativo, con líderes rotativos, que rota todos sus roles y funciones, y que por tanto favorece la cooperación y no tanto la competitividad, aunque si la competencia en un sentido profesional; es decir, así se aprende mucho más rápidamente, se es mucho más exacto en las consideraciones, hay mucho más compromiso desde la base misma, porque no existe más que bases, y no líderes naturales o no, ni otras formas de poder no derivados de la participación, del intercambio de información y de la colaboración continua.

He escrito bastante sobre el tema, y tengo cosas publicadas desde 1988 hasta hoy. En mi blog se pueden encontrar varias entradas referidas al tema. En mi libro “Innovación y Gestión del Conocimiento” (2006) dedico más de veinticinco páginas al tema, y en “Manifiestos para la Innovación Educativa” un capítulo a partir de la experiencias de participantes en los mismos grupos de trabajo.

No me quiero extender más, sólo decir que la distinción es fundamental para saber que tipo de espacio educativo queremos desarrollar. Los equipos nos servirán para fomentar la competencia y desarrollar líderes o primeros espadas; los grupos para desarrollar coordinadores, observadors, buscadores, compartidores, intercambiadores, cooperadores, y en mi terminología, INNOVADORES.

Sé que mi posición será muy discutible, porque la terminología aprendida por la mayoría de las personas es otra y a veces tremendamente confusa, en mi modesta opinión, y tal vez por eso está polémica puede salirse de lo que queremos:

y lo que queremos es que el espacio de aprendizaje se democratice, 
se haga más participativo, se introduzcan grupos en ese espacio, 
se investigue, se trabaje en las cosas que interesan, 
se busquen oportunidades de aplicar lo que se aprende, etc.

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———–

El grupo está por encima del equipo hasta -y sobre todo- en el desarrollo humano.

Es decir, en el grupo se aprende a ser social, a ser humano, a ser persona, a respetar a los demás, a trabajar y cooperar con otros, a ser un todo, y no sólo un líder o un segundo o uno que acompaña o un seguidor, sino que todos son importantes, y si falta alguien, nos perdemos algo importante.

Y no tenemos que controlar, ni mirar si los futbolistas se van de juerga o no, sino que sabemos que están trabajando, que es su propio interés, que ellos han llegado a pensar que son personas, y que eso vale muchas veces más que un botín dorado.

El grupo es un paradigma distinto, y si confundimos equipo y grupo, como equipo ya tiene una definición real evidente, nos equivocaremos cuando traslademos todo eso al mundo de la educación,. al espacio de aprendizaje.

Esa es una de mis críticas al modelo cooperativo, que confunde grupo con equipo, y al final, no podemos jugar con las palabras, si están es por algo, no nos metamos en problemas semánticos contradictorios como hacen en el mundo del management y hablan de dirección participativa (bueno, en gran medida es una contradicción, de alguna forma el jefe suele repetir al equipo que él tiene la última palabra, entonces, ¿dónde está lo de la dirección participativa en que participas en algo donde en la última palabra no tienes nada que decir?.

lunes, 27 de abril de 2015

Una píldora para el lunes (8)



¿ .... una nueva verdad de un saber antiguo ? 


Nota: ¿por qué me salto el siete? Porque no me gusta.

Ritmos para aprender

Ritmos para aprender

Ritmos para el aprendizaje: los ciclos

Es conveniente cambiar de estrategia y enlazar la formación y el aprendizaje -como tarea permanente- con la mejora continua y aplicada, conferirle un ritmo continuo, pero con pausas a la formación; la que lo acerca al puesto de trabajo, etc. 

Hacer de la formación algo práctico, constante, duradero y estratégico: un planteamiento que acentuando su practicidad y llevándolo más cerca del desempeño, se programa como un proceso continuo y a largo plazo, y que además, enseñe métodos y técnicas que lo permitan el autodesarrollo y la innovación continua. Por ahí es por donde quiere y puede avanzar el aprendizaje en/de la experiencia.

El aprendizaje en la experiencia aconseja unos ritmos formativos. Es preciso y conveniente combinar presencias con ausencias (Esta es la fórmula que nos permite acercar el aprendizaje al objeto de trabajo, al puesto de trabajo, ya que la que denomino “ausencia”, lo que significa es una ausencia del aula, pero una presencia activa y en aprendizaje en el puesto de cada uno, es decir, allí donde puede ser efectivamente positiva la formación. 

La adaptación a la realidad cotidiana es la aspiración de un tipo de formación de estas características), montar un proceso continuo, un proceso de aprendizaje donde se programan acciones en el aula, que tienen una continuidad en el puesto de trabajo, y que vuelven a reintroducirse en el aula y vuelven a llevarse y rehacerse en el puesto de trabajo y así sucesivamente. Esto es lo que llamo un ciclo productivo.

Cada acción formativa tiene su ciclo productivo. No todos tienen la misma intensidad, ni la misma extensión. Pero lo que aseguran es que el aprendizaje es efectivo, porque se aplica y el profesor y el grupo de formación supervisan el proceso y resultados de la aplicación práctica en el puesto.

Por tanto, un ciclo productivo es un espacio temporal en el que se aplica el proceso de aprendizaje y se asegura la implantación de mejoras, derivadas de la realización del ciclo. Un ciclo normalmente tiene entre 3 y 7 reuniones de formación en presencia, cuya extensión puede variar entre media jornada y jornada y media cada una.

Un ciclo corto -aconsejado cuando ya se tiene más de una experiencia anterior en la aplicación del proceso- puede consistir en 2-3 reuniones de aprendizaje formativo basado en la experiencia, con un mínimo de 16 horas lectivas directas y al menos otras tantas indirectas -en/desde el puesto de trabajo- y un máximo de 32 horas directas en el aula.

Un ciclo de larga duración -aconsejable para proyectos complejos y acciones interempresariales que toman por primera vez contacto con este tipo de experiencia- puede consistir en 6-7 reuniones con un mínimo de 40 horas lectivas en aula y un máximo de 64 horas. En consecuencia, no hay un ciclo universal, sino que depende del tema de trabajo, de su novedad, de la experiencia previa de los participantes, y de muchos aspectos más que es preciso cuidar.

En cualquier caso, un ciclo tiene unas horas lectivas directas, de presencia, y se combina con un proceso complementario en ausencia, aproximadamente de la misma dedicación en tiempo necesario.

El trabajo fuera del aula se realiza interconectando vía correo electrónico -mejor mediante Internet- a los participantes, con objeto de que mantengan vivos sus temas e intercambien información, opiniones, datos y, sobre todo, mejoren los puntos de partida de cada uno, a través de un proceso continuo y complejo de intercambio de información y de apoyo mutuo entre los participantes y entre estos y el monitor, todos como un grupo virtual que trabaja en la distancia, y por tanto, no rompe el proceso formativo. Así, un ciclo corto puede durar de 2 a 3 meses, y un ciclo largo, de 6 a 10 meses.

En primer término: Tal vez lo más importante es que el ritmo tiene que ser intenso, pero no puede ser excesivo ….. y si puede ser hay que aprovechar un mismo esfuerzo para trabajar en dos ritmos.

Segunda cosa: cada acción de desarrollo-innovación es diferente y hay que graduarla en función de los participantes, del sentido estratégico y objetivos, y de los ritmos de trabajo que se pueden proponer.

Por ejemplo, no es lo mismo trabajar con directivos que con empresarios, ni con empresarios que con médicos, ni con enfermeras que con alumnos de licenciatura, … y así …. Es más, no es lo mismo trabajar con médicos, cuando el espacio es sólo de médicos, que cuando es un espacio complejo con otros tipos de participantes …..


A un alumno se le puede forjar un ritmo semanal, que es lo más adecuado. Es más, podemos hasta establecer dos tareas semanales, para dos días …. si es que tenemos dos días de clase …. Nunca pondría tres tareas para una misma semana, y en cualquier caso, si son dos tareas, no pueden ser similares, han de ser diferentes, para que parezca más viable y atractiva.

Yo, utilizo en clase, dos tareas a la semana, pero una es estratégica, es decir, la tienen durante todo el curso; la otra va cambiando de cada dos, tres o cuatro semanas, ya que de esta forma, y se produce siempre sobre objetos de aprendizaje diferentes.

La tarea estratégica ha de ser muy significativa para ellos, muy especial, que les motive especialmente, y que sirva para que ellos mismos tiendan a autoorganizarse, apoyados en una metodología soporte que va introduciendo el facilitador-profesor.

Las tareas hay que recordarlas siempre al final de cada aula, igual que es preciso terminar con una buena síntesis de lo que se ha aprendido, y mejor, si el que la formula es un alumno o varios. Al principio, lo tendrá que hacer el profesor, marcando ejemplo, después y poco a poco, serán los alumnos los que sean capaces de concluir aprendizajes de cada aula.

En tercer término, y como en todo, hay que contar con el tipo de profesional con el que cuentas …… hay profesiones que enseguida se prestan a las tareas, que han llegado a una auto-disciplina de trabajo que les permite inmediatamente hacer fácil el trabajo del facilitador; otras, sin embargo, son más difíciles ….. tal vez en nuestro país las más resistentes a las tareas sean precisamente las de aquellos que nos dedicamos a enseñar: parece que no nos gusta que nos “pongan deberes” ….. Claro, “en casa del herrero, cuchillo de palo”.

Trabajar con profesores es tal vez una de las tareas más difíciles, por su capacidad crítica latente y por la dificultad de cambiar su rol por el de participante. Es como que a un líder político lo pongas a escuchar, lo hará con cierta desgana …. prefiere que lo escuchen ….

Y si los profesores son universitarios, todavía es más difícil … de ahí las grandes dificultades que tiene la transformación de los espacios de aprendizaje en el mundo universitario, donde en gran medida tendremos que confiar que las nuevas generaciones …. den un cambio de orientación … aunque tal vez vuelvan a repetir nuestros errores. Ya se sabe que lo que se aprende bien, se repite bien …. y no hemos tenido muchas oportunidades de formarnos …. bien ….